martes, 13 de septiembre de 2016

Señor


SEÑOR,
hoy te devuelvo unos escombros
de uno de tus dones más hermosos:
ese infinito muro de sonido.
Agua, sílex, madrugada,
zozobra, espejo, olivo,
reloj, julián de gasanyola,
lagarto, herrumbre, río.
Y aún te devuelvo deudas más preciadas:
portón en nuestra espalda hacia el abismo,
collar hecho de auroras taladradas,
luna hecha añicos.
E incluso te devuelvo
ese infinito muro de sonido
y me quedo con todo
lo que tras él estaba detenido.

Instrucciones para blindar un corazón
Ed. Tansonville, 2009