lunes, 27 de junio de 2016

Larga mirada


Qué larga mirada has echado
sobre el espejo donde te haces.
Allí no estabas.
Y una sola mujer fatigada,
cansada
como por una larga vigilia
que durase toda la vida,
se ha mirado al espejo
y allí se ha reconocido.

Ante el espejo

Creí morir


La plaza estaba oscura, y yo caminaba indiferente por el interior de los soportales. De pronto se acabaron los soportales y giré la cabeza, y encima de mí, aplastándome con su belleza y también con su enormidad, estaba la catedral. Creí morir. Nadie me había dicho que un ángel hermoso puede matarnos con su sombra, nadie me había hablado de Rilke.

Antonio Pereira, La belleza terrible
Incluido en Antonio Pereira, Todos los cuentos
Ed. Siruela, 2012
Prólogo de Antonio Gamoneda

Fot. Charles Nègre
Henri Le Secq et Le Stryge
Notre Dame de Paris, 1853