miércoles, 6 de septiembre de 2017

Empujaste a un hombre a la locura


Empujaste a un hombre a la locura. Una
mañana, caminando bajo el sol florentino
te vio destellar nítida, contra el tejido
de los sueños amargos de la última noche.
Inclinaste gentil
la grávida cabeza
y en la creciente de los años el ademán
tranquilo se incrustó como un diamante sobre el cielo
feroz y vago de sus días. Y en plena juventud,
después, moriste, casada con un hombre común
que te quería, desconociéndote. Oh, Bice
Portinari, así son las mañanas de este mundo:
despertamos de un sueño amargo
y andamos como fantasmas
hasta que recogemos, del sol de nuestras ciudades,
un núcleo de claridad o mas bien una joya,
férrea que veneramos, gastada y turbia,
en algún sucio anochecer.

En memoria de Bice Portinari

Retrato de Maria de Medici, 1551

La violencia de los hombres educados


Los campus son pacíficos y elegantes, están pensados para dejar afuera la experiencia y las pasiones pero corren por debajo altas olas de cólera subterránea: la terrible violencia de los hombres educados.

Ricardo Piglia
El camino de Ida
Edit. Anagrama, 2013