martes, 30 de agosto de 2016

Viajar


Viajar es una brutalidad. Te obliga a confiar en extraños y a perder de vista todo lo que te resulta familiar y confortable de tus amigos y tu casa. Estás todo el tiempo en desequilibrio. Nada es tuyo excepto lo más esencial: el aire, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo; todas aquellas cosas que tienden hacia lo eterno o hacia lo que imaginamos como tal.

Cesare Pavese

John Bertolino
The Girl on the Bench, Italy, ca. 1950

Hoja muerta


Hoja muerta

La encarnada hoja muerta
que el viento arrastra,
el viento y el barrendero,

–bajo el fúlgido cielo cae, ensangrienta
con las otras la calle–

imitaría. Por náusea
de las palabras vanas,
de los rostros sin luz.

Pero tu voz, amable, me habla;
haz que no caiga aún.


Umberto Saba
Caffè Garibaldi
Piazza Unità d’Italia, Trieste

Anochecer


Pienso en ti a menudo. Especialmente al anochecer, cuando estoy en el balcón y es demasiado oscuro para escribir o hacer otra cosa que no sea esperar a las estrellas. Amo esos momentos. Uno se siente como fuera de su cuerpo, sentado como una sombra a la puerta de uno mismo, mientras sube la marea de la oscuridad. Después llega la luna, maravillosamente serena, y las pequeñas estrellas brillan como por una razón que solo ellas conocen. Es tan fácil pasar por alto y no darse cuenta, en la vida diaria, de estos milagros cotidianos.


Arvo Pärt
Spiegel im Spiegel