viernes, 2 de febrero de 2018

Quemaduras


Con frecuencia se mencionaban ciertas "quemaduras" (...) que el mundo solía causar a quien intimaba más de la cuenta con él. (...) No sé por qué, pero cuando se hablaba de las quemaduras, las miradas y las voces solían dirigirse más a mí, como si una inteligente e iluminada previsión avisara que yo estaba más expuesta que las otras a esos percances.

Dolores Prato
Quemaduras
Ed. Minúscula, 2017
Trad: César Palma

Dorothea Lange, 1938

Tú supiste llorar


Poema

Tú supiste llorar
Como llora el musgo al musgo,
Tú que habitas en las aguas
Y gobiernas el llamado
De los líquenes.
No que el sol quiebre a tu paso sus espigas
El reposo por tu océano de espejos
Sin embargo se demora en tus ojos la Belleza
Y reposa la noche entre tus hilos
Como el ciervo.
Como el ave que adviene del Verano
Has gustado del fruto de la bruma

de "Gran Jefe Un Lado del Cielo"
Ed. Esto no es Berlín, 2017


Debe existir alguien


Debe existir alguien... alguien que no deje pasar la frase inexacta o floja que no cambiamos por pereza; alguien que tome por nosotros los gruesos volúmenes de los anaqueles de una biblioteca para que encontremos alguna indicación útil y que se obstine en seguir consultándolos cuando ya hayamos renunciado a ello; alguien que nos apoye, nos aliente, a veces que nos oponga a algo; alguien que comparta con nosotros, con igual fervor, los goces del arte y de la vida, sus tareas siempre pesadas, jamás fáciles; alguien que no sea ni nuestra sombra ni nuestro reflejo, ni siquiera nuestro complemento, sino alguien por sí mismo; alguien que nos deje en completa libertad y que nos obligue, sin embargo, a ser plenamente lo que somos.

Marguerite Yourcenar
Memorias de Adriano (Cuaderno de notas)
Ed. Edhasa, 2005
Trad. Julio Cortázar

Fot. eyelove collection

Nada dos veces


Nada ocurre dos veces 
y nunca ocurrirá. 
Nacimos sin experiencia, 
moriremos sin rutina.

Aunque fuéramos los alumnos 
más torpes en la escuela del mundo, 
nunca más repasaremos 
ningún verano o invierno.

Ningún día se repite, 
no hay dos noches iguales, 
dos besos que dieran lo mismo, 
dos miradas en los mismos ojos.

Ayer alguien pronunciaba 
tu nombre en mi presencia, 
como si de repente cayera 
una rosa por la ventana abierta.

Hoy, cuando estamos juntos, 
vuelvo la cara hacia el muro. 
¿Rosa? ¿Cómo es la rosa? 
¿Es flor? ¿O tal vez piedra?

¿Y por qué tú, mala hora, 
te enredas en un miedo inútil? 
Eres, pues estás pasando, 
pasarás —es bello esto.

Sonrientes, abrazados, 
intentemos encontrarnos, 
aunque seamos distintos 
como dos gotas de agua.

Nada dos veces

Serie Medios de reproducción
Una reflexión acerca de las semillas