viernes, 22 de febrero de 2019

Acaso el corazón


Acaso el corazón.

Se hundirá el olor acre de los tilos
en la noche de lluvia. Será vano
el tiempo de la dicha, su furor,
aquel mordisco de rayo que explosiona.
Apenas queda abierta la indolencia,
el recuerdo de un gesto, de una sílaba,
pero como de un vuelo lento de aves
entre vapores de niebla. Y aún aguardas
no sé qué cosa, mi extraviada; quizá
una hora que decida, que recuerde
el principio o el fin; similar suerte,
ahora. Aquí negro el humo de los incendios
seca aún la garganta. Si puedes,
olvida aquel sabor de azufre
y el temor. Las palabras nos fatigan,
rebrotan de una lapidada agua;
acaso nos quede el corazón, acaso el corazón…

Salvatore Quasimodo

Fot: Erwin Blumenfeld
Portrait of a Woman, ca. 1933