domingo, 26 de agosto de 2018

Amor de lejos


En mayo cuando los días son largos,
me es agradable el dulce canto de los pájaros de lejos
y cuando me he separado de allí,
me acuerdo de un amor de lejos.
Apesadumbrado y agobiado de deseo
voy de modo que ni el canto ni la flor del blanco espino
me placen más que el invierno helado.
II 
Nunca más gozaré de amor
si no gozo de este amor de lejos,
pues no sé en ninguna parte, ni cerca ni lejos,
de más gentil ni mejor.
Su mérito es tan verdadero y tan puro que
ojalá allí, en el reino de los sarracenos
fuera llamado cautivo por ella.
III 
Triste y alegre me separaré
cuando vea este amor de lejos,
pero no sé cuándo lo veré,
pues nuestras tierras están demasiado lejos.
¡Hay demasiados puertos y caminos!
Y, por esta razón, no soy adivino…..
¡Pero todo sea como Dios quiera!
IV 
El gozo me aparecerá cuando le pida,
por amor de Dios, el amor de lejos;
y, si le place, me albergaré cerca de ella,
aunque soy de lejos.
Entonces vendrá la conversación agradable,
cuando, amante lejano, estaré tan próximo
que con hermosas palabras gozaré de solaz
Bien tengo por veraz al Señor,
gracias a quien veré el amor de lejos;
pero por un bien que me corresponda,
tengo dos males, porque de mi está tan lejos…..
¡Ay! ¡Ojalá fuera allí peregrino
de modo que mi báculo y mi manto
fueran contemplados por sus hermosos ojos.
VI 
Dios, que hizo todo cuanto va y viene
y sostuvo este amor de lejos,
me de poder – que el ánimo ya lo tengo –
para que en breve vea el amor de lejos,
verdaderamente, en lugar propicio,
de modo que la cámara y el jardín
me parezcan siempre palacio.
VII 
Dice verdad quien me llama ávido
y anheloso de amor de lejos,
pues no hay otro placer que tanto me guste
como el gozo del amor de lejos.
Pero lo que quiero me está tan vedado
porque mi padrino me hechizó
de modo que amara y no fuera amado.
VIII 
¡Pero lo que quiero me esta tan vedado!....
¡Maldito sea el padrino
que me hechizó para que no fuera amado!

en
Los trovadores (3 vol)
Ed Ariel, 1992