sábado, 12 de agosto de 2017

Amapola y memoria


Corona

En la mano me come el otoño su hoja: somos amigos.
Pelamos el tiempo de las nueces y les enseñamos a andar:
el tiempo vuelve a la cáscara.

En el espejo es domingo,
en el sueño se duerme,
dice verdad la boca.

Mi ojo desciende hasta el sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos algo oscuro,
nos amamos mutuamente como amapola y memoria,
dormimos como vino en las conchas,
como mar en el rayo sanguino de la luna.

Estamos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
¡es hora de que se sepa!
Es hora de que la piedra se apreste a florecer,
de que al desasosiego le lata un corazón.
Es hora de que sea hora.

Es hora.


de "Amapola y Memoria"
Traducción y notas de Jesús Munárriz. 
Ed. Hiperión, 1999

Soledad


La soledad hace madurar lo original, lo audaz e inquietantemente bello, el poema. Pero también engendra lo erróneo, desproporcionado, absurdo e ilícito.

Thomas Mann