sábado, 9 de julio de 2016

Los otros


… "el infierno son los otros" ha estado mal comprendido. Se ha creído que quise decir con eso que las relaciones con los otros siempre están contaminadas. Que siempre son relaciones infernales. Ahora bien, lo que yo quiero decir es totalmente distinto. Quiero decir que si las relaciones que establecemos con los demás son retorcidas, viciadas, entonces el otro no puede ser más que el infierno. ¿Por qué? Porque en el fondo los otros son aquello que hay importante en nosotros mismos para nuestro propio conocimiento de nosotros mismos. Cuando nos pensamos, cuando intentamos el conocimiento de nosotros mismos, en el fondo usamos los conocimientos que los otros ya tienen acerca de nosotros y que nos han cedido para que nos juzguemos. Lo que yo digo sobre mí siempre contiene el juicio del otro. Lo que yo siento en mí está viciado del juicio de los demás. Lo cual quiere decir que si establezco mal las relaciones me coloco en total dependencia con respecto a los demás. Y entonces estoy efectivamente en un infierno. Y existe una cantidad de gente en el mundo que están en un infierno porque dependen excesivamente del juicio de los demás. Pero esto no quiere decir en absoluto que no se pueda tener vínculos con los otros. Esto quiere decir simplemente que los demás tienen una importancia capital para cada uno de nosotros.

Jean Paul Sartre.
Un teatro de situaciones
Ed. Losada, 1979.
Textos escogidos por Michel Contat y Michel Rybalka

Fot. Alejandro Marcos

Foto de familia


Saul Bellow (izquierda) con sus padres y hermanos. Montreal, c1920