domingo, 18 de junio de 2017

Tentaciones e indulgencias


Empecemos diciéndonos para nuestro fuero interno, y convenciéndonos bien, que no tenemos nada que hacer en este mundo, sino procurarnos sensaciones y sentimientos agradables. Los moralistas que dicen a los hombres: reprimid vuestras pasiones y domeñad vuestros deseos si queréis ser felices , no conocen el camino de la felicidad. Sólo somos felices gracias a las inclinaciones y a las pasiones satisfechas; digo inclinaciones porque no siempre somos lo bastante felices como para tener pasiones, y a falta de pasiones, bien está contentarse con las inclinaciones. Pasiones tendríamos que pedirle a Dios si nos atreviéramos a pedirle alguna cosa, y Le Nôtre tenía mucha razón al pedirle al Papa tentaciones en lugar de indulgencias.

Madame Du Châtelet

Fot. Paolo Gioli
Quando l'occhio trema, 1989

Partículas


No vengas a mí con toda la verdad.
No me des el océano si siento sed,
ni tampoco el cielo si pido luz;
dame un indicio, un poco de rocío, una partícula,
al modo de los pájaros
que sólo se llevan del agua unas gotas,
o el viento un grano de sal.


Plato vacío en bandeja lacada

Nadando, yollando


Eh vos
tatacombo
soy yo
no me oyes
tataconco
soy yo sin vos
sin voz
aquí yollando
con mi yo sólo solo que yolla y yolla y yolla
entre mis subyollitos tan nimios micropsíquicos
lo sé
lo sé y tanto
desde el yo mero mínimo al verme yo harto en todo
junto a mis ya muertos y revivos yoes siempre siempre yollando y yoyollando siempre
por qué
si sos
por qué dí
eh vos
no me oyes
tatatodo
por qué tanto yollar
responde
y hasta cuándo.