lunes, 25 de diciembre de 2017

Elegía


Aprende
A no esperar por ti pues no te encontrarás

En el instante de decir sí al destino
Incierta te detuviste enmudecida
y los océanos después sin prisa te rodearon

A eso llamaste Orfeo Eurídice-
Incesante intensa la lira vibraba al lado
Del desfilar real de tus días
Nunca se distingue bien lo vivido de lo no vivido
El encuentro del fracaso-
Quién se acuerda del fino escurrir de la arena en el reloj
Cuando se alza el canto
Por eso la memoria sedienta quiere venir a la superficie
En busca de la parte con la que no diste
En el ronco instante de la noche más callada
O en el secreto jardín a orillas del río
En junio

Elegía
Versión de Diana Bellessi

Foto: Sophia en Vila Praia de Âncora, 1950

Estoy cansado, claro


Estoy cansado, claro,
Porque a esta altura uno tiene que estar cansado.
De qué estoy cansado, no lo sé;
Y de nada serviría saberlo,
Porque el cansancio seguiría igual.
La herida duele porque duele,
No en función de la causa que la ha abierto.
Sí, estoy cansado
Y un poco sonriente
De que el cansancio sea sólo esto:
Ganas de dormir en el cuerpo,
Deseo de no pensar en el alma
Y por encima de todo una transparencia lúcida.



Descartes


"No evoluciono: viajo", escribió Pessoa.
De algún modo esto me recuerda que en ocasiones se puede conocer mejor a un hombre por todo lo que desdeña que por lo que aprecia, y me recuerda también que, como creo que dice Piglia, en la literatura no existe lo que llamamos 'progreso', del mismo modo que uno no sueña mejor a lo largo del tiempo: tal vez lo que más se aprende a medida que se escribe es lo que se prefiere no hacer; seguramente avanzamos por descartes.

Enrique Vila-Matas
Mac y su contratiempo
Ed. Seix Barral, 2017

Collage Katrien de Blauwer

Dejar de ser


Asumir la fatiga hasta el máximo: hasta dejar de escribir, de respirar.
Abandonarse. 
Dar paso libre al dejar de ser.


Ed. Tusquets, 1999