miércoles, 1 de mayo de 2019

Hulk

Bruce Banner no siempre fue Hulk

Se convirtió en eso como resultado
de un experimento fallido
con una bomba de rayos gamma.
Creo que casi todos nosotros
tenemos algún fracaso qué señalar en nuestro pasado.

Es esto, decimos,
esta es la razón por la que soy monstruoso.

Hulk no se convierte en Hulk
al azar, sólo cuando está estresado
o molesto. Cuando Bruce Banner
desaparece en el otro tipo
deja de importarle que él sea Bruce Banner,
simplemente es una fuerza de la naturaleza, salvaje,
que no puede controlar sus manos.

Cuando tu mente retrocede
hasta tus peores recuerdos
es como volver a vivir esa muerte.

Súbitamente tu cocina,
la cama, una esquina en la calle
se vuelven a convertir en balas.
Por siempre, ahora, estás
combatiendo una batalla
que ya perdiste.

Un cuerpo no debería poder
soportar esa clase de miedo
y seguir respirando.

Hulk no puede matarse.
Lo ha intentado.
Es muy difícil vivir siendo mitad monstruo,
hiriendo todo lo que amas
al intentar protegerlo de manera equivocada.

Todavía estoy intentando protegerte
de mí. De las noches
que no recuerdo
y toda mi enfermedad, mi envidia,
los días en los que la vergüenza me alcanza
y no logro salir de la cama.
Yo no Manejo Bien las cosas.
Yo no Sé Bien Cómo Ser Adulto.

Cuando tengo miedo
no puedo controlar mis manos.
Haría lo que fuera, lo que fuera
para hacerme sentir mejor.

Cuando me calmo
cuando puedo respirar de nuevo,
soy el superhéroe al final
de la película
cuando ya salieron los créditos
y la guerra ha terminado.
Y tengo que irme a casa
entre el desastre
de ciudad que destruí
intentando ser el salvador.

Si estoy siendo honesta, ya sé
que no puedo salvarte de mí.
No puedo ni salvarme a mí misma.

La cosa con Hulk
es que él daría lo que fuese
por ser solamente Bruce el científico.

Por ser normal,
por no tener que despertar otra vez
desnuda y sola
mirando fijamente toda la destrucción
sin más a quien culpar
que a ella misma.

Clementine Von Radics
versión de Daniela Virt