miércoles, 12 de diciembre de 2018

Me constelo a escondidas


Cada cual tiene su alcohol. Tengo alcohol suficiente con existir. Borracho de sentirme, vagabundeo y voy seguro. Si es hora, me recojo en la oficina como cualquier otro. Si no es hora, voy hasta el río a mirar el río, como cualquier otro. Y, por detrás de esto, cielo mío, me constelo a escondidas y tengo mi infinito.

Fernando Pessoa
El libro del desasosiego de Bernardo Soares
Ed. Seix Barral, 2010
Edición y traducción de Ángel Crespo

Fot. Léonard Misonne
Morning Wanderer (Self-portrait)

Traducciones


La realidad no es legible de manera evidente. Las ideas y teorías no reflejan sino que traducen la realidad, pudiendo traducirla de manera errónea. Nuestra realidad no es otra cosa que nuestra idea de la realidad. Del mismo modo, importa no ser realista en un sentido trivial (adaptarse a lo inmediato), ni irrealista en el mismo sentido (sustraerse de las coacciones de la realidad); lo que conviene es ser realista en el sentido complejo del término: comprender la incertidumbre de lo real, saber que existe una porción de lo posible aún invisible en lo real.

Edgar Morin

Fot. Ernesto Esquer

Hogar para sombras


Hogar para sombras.
Hogar para niños que buscan un padre.
Hogar para lagartijas y para piedras.
Hogar para señoras solas
y señores
que perdieron su edad en algún libro,
o en el bolsillo de algún suéter,
o en la caja que algún bromista
cambiara de lugar con una tarde de lluvia.

Hogar para la tristeza
es el silencio,
para los múltiplos de uno,
para nuestra sombra leyendo.
Hogar de señores solos y señoras
que han perdido la firmeza de las manos
en un recuerdo.

El silencio es
hollín, palabra muerta,
ciertos días o ciertas fechas;
y se parece a las tres de la mañana.

Alto, como una hora alta,
y cambiando lugares con ciertas miradas. Alto
y muy parecido a las lloviznas de junio
o a las lluvias bajitas de septiembre. Pero alto.


Noche de Sábado
Craigville, Minnesota, Septiembre 1937