sábado, 2 de diciembre de 2017

Leyendo


Björk, 1993

El momento de detenerse


Ahora, he aquí el momento de detenerse. Has andado por las calles de carne. Para la niña que llega a ser mujer tú has hablado. Pero se ha hecho tarde, misteriosa. Eres la que pasa. Es necesario decir adiós. Mañana vuelves a partir hacia tus brumas de origen. En una ciudad, roja y gris, tendrás un cuarto sin color, de paredes de plata, con ventanas abiertas directamente hacia las nubes de las que tú eres hermana. Habrá que buscar en pleno cielo a la sombra de tu rostro, el ademán de tus dedos.
Separadas las piernas, una ciudad se duerme, desnuda sobre el mar fosforescente.

René Crevel
Babilonia

Fot. Dora Maar
René Crevel, 1930's

Otra comodidad


EL ARNO EN ROVEZZANO

Los grandes ríos son las imágenes del tiempo,
cruel e impersonal. Observados desde un puente
declaran su nulidad inexorable.

Solo el arco vacilante de un pantanoso
juncal, algún espejo
que reluce entre malezas y musgo
puede revelar que el agua se piensa
como nosotros a sí misma
antes de hacerse vórtice y rapiña.

Ha pasado tanto tiempo, nada ha transcurrido desde
cuando te cantaba al teléfono “tú
que te haces la dormida”, con triple risotada.

Tu casa era un relámpago vista desde el tren. Curvada
sobre el Arno como el árbol de Judas
que quería protegerla. Tal vez no existe aún o
no es sino una ruina. Toda llena,
me decías, de insectos, inhabitable.

Otra comodidad nos conviene ahora, otra incomodidad.

Versión de Javier Sologuren