jueves, 11 de octubre de 2018

Si


Si… 

Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tu alrededor 
pierde la suya y te culpan por ello; 
Si puedes confiar en ti mismo cuando todos dudan de ti, 
pero admites también sus dudas; 
Si puedes esperar sin cansarte en la espera, 
o, siendo engañado, no pagar con mentiras, 
o, siendo odiado, no dar lugar al odio, 
y sin embargo no parecer demasiado bueno, ni hablar demasiado sabiamente;

Si puedes soñar -y no hacer de los sueños tu maestro; 
Si puedes pensar -y no hacer de los pensamientos tu objetivo; 
Si puedes encontrarte con el triunfo y el desastre 
y tratar a esos dos impostores exactamente igual, 
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho 
retorcida por malvados para hacer una trampa para tontos, 
o ver rotas las cosas que has puesto en tu vida 
y agacharte y reconstruirlas con herramientas desgastadas;

Si puedes hacer un montón con todas tus ganancias
y arriesgarlo a un golpe de azar, 
y perder, y empezar de nuevo desde el principio 
y no decir nunca una palabra acerca de tu pérdida; 
Si puedes forzar tu corazón y nervios y tendones 
para jugar tu turno mucho tiempo después de que se hayan gastado 
y así mantenerte cuando no queda nada dentro de ti
excepto la Voluntad que les dice: “¡Resistid!”

Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud
o pasear con reyes y no perder el sentido común; 
Si ni los enemigos ni los queridos amigos pueden herirte; 
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado; 
Si puedes llenar el minuto inolvidable 
con un recorrido de sesenta valiosos segundos. 
Tuya es la Tierra y todo lo que contiene, 
y -lo que es más- ¡serás un Hombre, hijo mío!