sábado, 6 de agosto de 2016

Adiós


En medio de las frases, de las palabras, de la algarabía, se le oye, no hay duda. Con voz ahogada pero insistente. Dice -incluso se entiende- : tengo una cita. ¿Con qué? Tendemos las manos como para recibirlo pero nada viene a llenarlas. Se ha levantado un viento ligero, el color rojo de los alhelíes vacila. Nos decimos, sí, ¿con qué? El calendario ordena sus fechas: el pasado y el futuro son, en él, cifras inmóviles. Es el presente el inasible. Está en la boca como una iluminación repentina. Como esa voz que, a punto de decir adiós, murmura - se puede oír claramente- : Esto no es serio. No se le dice adiós a nada.

Jacques Ancet  Puesto que él es este silencio, Prosa para Henri Meschonnic
Ed. Salto de página
Trad. Joséphine Cabello y Régulo Hernández.

La mujer de la foto



Un fotógrafo, pensó. Recordó que había conocido a Zita en una exposición de fotografías; ella estaba contemplando una foto de sí misma. Inni vio primero la foto y luego a Zita, y de momento no supo quién traicionaba a quién, si la mujer de la foto a la persona que la estaba contemplando o al revés. Hay fotos tan perfectas, como esa de Virginia Woolf a los veinte años, que el ser vivo que representado en ellas parece una invención, algo creado exclusivamente para hacer una foto. Sin embargo Inni no tardó en comprender que, si quería conocer a la mujer de la foto, tendría que abordar a la que estaba delante, y así lo hizo.

Cees Nooteboom   Rituales, Alter Ego II
Ed. Siruela, 2009
Trad. Francisco Carrasquer

Fot. George Charles Beresford, Virginia Woolf, 1902