sábado, 15 de octubre de 2016

Curiosidad



Cuando su esposa murió, el señor Derdon estaba ansioso de entrar en el dormitorio de ella, mirar a su alrededor con la puerta cerrada y sin nadie mirándolo ni preguntándole cómo se sentía. No era ansiedad, ni pesar, ni ninguna sensación dolorosa, ni anhelo o añoranza, aquello que le llevaba a la habitación, sino pura curiosidad.

Maeve Brennan  El ahogado
Las fuentes del afecto. Cuentos dublineses
Ed. Alfabia, 2012
Trad. Isabel Núñez

Llama oscura


Aceptaría (...) ciego, mudo, todo lo que quieran, con tal de sentir en mi vientre esa llama oscura y ardiente que es mi yo y mi yo vivo. Y ya no soñaría en otra cosa que en agradecerle a la vida que me hubiera permitido seguir ardiendo.

Albert Camus  La mort heureuse
Breviario de la dignidad humana
Ed. Plataforma Editorial
Trad. Elisenda Julibert

Foto: Horst P. Horst
Bunny Hartley, Vogue 1938