viernes, 15 de septiembre de 2017

Yo no necesito tiempo



Yo no necesito tiempo
para saber cómo eres:
conocerse es el relámpago.
¿Quién te va a ti a conocer
en lo que callas, o en esas
palabras con que lo callas?

El que te busque en la vida
que estás viviendo, no sabe
mas que alusiones de ti,
pretextos donde te escondes.
Ir siguiéndote hacia atrás
en lo que tú has hecho, antes,
sumar acción con sonrisa,
años con nombres, será
ir perdiéndote. Yo no.

Te conocí en la tormenta.
Te conocí, repentina,
en ese desgarramiento
brutal de tiniebla y luz,
donde se revela el fondo
que escapa al día y la noche.

Te vi, me has visto, y ahora,
desnuda ya del equívoco,
de la historia, del pasado,
tú, amazona en la centella,
palpitante de recién
llegada sin esperarte,
eres tan antigua mía,
te conozco tan de tiempo,
que en tu amor cierro los ojos,
y camino sin errar,
a ciegas, sin pedir nada
a esa luz lenta y segura
con que se conocen letras
y formas y se echan cuentas
y se cree que se ve
quién eres tú, mi invisible.

de "La voz a ti debida"

Leyendo


Septiembre


-Entre los meses intermedios, cuál prefiere, ¿abril o septiembre?
-Septiembre. Es más femenino, más discreto, más misterioso. Parece una primavera vista en sueños. Todas las plantas, al perder lentamente su fuerza, pierden también algo de su realidad. Mire el mar, allí abajo. ¿No da la impresión de ser una atmósfera más que una masa de agua? Nunca como en septiembre, la unión del cielo y del mar es tan mística y profunda.

Gabriele D'Annunzio
El placer
Ed. Cátedra, 1991
Ed. y trad. Rosario Scrimeri

Foto: Edward Steichen

Arder


Si yo no ardo,
si tú no ardes,
si nosotros no ardemos,
¿cómo de las tinieblas
haremos
claridad?