viernes, 11 de mayo de 2018

Alguien sin sombra


[…] Lo que las antiguas escuelas indias enseñaban comienza y tal vez termina en el conocimiento de los límites de la propia mente. Todo lo que puede decirse es pensado, lo que puede ser nombrado, y también la ausencia y la negación de lo que puede ser nombrado. Todo es producto de la mente: la analogía, el máximo y el mínimo, los superlativos y los opuestos son algunas de las operaciones lógicas con las que pone en relación unas cosas con otras. Pensamos la caducidad y ella inventa los dioses. Pensamos el miedo, ella inventa el mal. Pensamos la atracción e inventa el amor. Pensamos la limitación, inventa el infinito. Pensamos la muerte, inventa la inmortalidad. El mundo que inventa la mente es un mundo lógico, y en él creemos. ¿Qué hay más allá de él? La pregunta es una trampa: “más allá” es una función lógica. Nadie traspasará jamás el umbral de este mundo llevando en el zurrón alguno de los conceptos que la mente elabora para el viaje. Las teologías son sandalias de plomo; las enseñanzas espirituales, molestas enaguas. Solo alguien sin sombra traspasará el límite. Alguien sin palabras.

Chantal Maillard
India
Ed. Pre-Textos, 2014

Ilust. Piero Fornasetti

El sonido de tu nombre



Para mí, 
No hay otro sol más que tu amor.
Aunque no sepa dónde estás, ni con quién.
Mas para mí
No hay sonido más alegre,
Que el sonido de tu nombre amado

Extracto de una carta de Vladímir a Lilja, 1915