martes, 13 de diciembre de 2016

El atestado


Adam volvió a cerrar el libro; aquella página, propiamente hablando, nada tenía que fuera muy conmovedor; y sin embargo, al volver a meter el libro en el torniquete de alambre, Adam sonrió tiernamente. Pensó que descubriría poco a poco, en el seno de su mundo cerrado, montones de cosas desconocidas, combates de fieras, puentes de barcos sobrecargados de carbón y de sol. Con cubos de agua y rollos de cordajes embreados. Se prometió a si mismo volver al día siguiente, o más tarde, para leer otra hoja.
Se alegraba de vivir en un universo modelo reducido, muy suyo, muy suave, al que llenaban mil juegos diversos.

Jean-Marie Gustave Le Clézio  El atestado
Ed. Cátedra, 2008
Trad. Susana Cantero

Fot. Junichi Hakoyama