sábado, 13 de mayo de 2017

Mentira


(...) Pero María un día, en Madrid, en su piso de la calle Antonio Maura 14, muy cerca del que habitó Pío Baroja, me puso a prueba con un lugar de la vía Apia. Debía ir y relatarle cómo se encontraba. Era una estela funeraria. Decía estar situada cerca del cruce con la vía Latina. Era un bello adolescente que tenía un brazo con el puño en alto y el otro hacia abajo y llevaba una capa echada hacia atrás. María me contó cómo lo habían descubierto, ella y su hermana, en medio de una escombrera compuesta por latas de conserva, cajetillas de tabaco, botellas rotas, papeles de periódicos y cientos de colillas apagadas contra aquel indefenso muchacho. Ambas barrían la suciedad y luego la quemaban bajo la recriminación de la policía que no había hecho antes nada por impedir el sacrilegio. María me indicaba el camino que debía tomar desde el Coliseo hasta la Puerta de San Sebastiano, pero a partir de allí las referencias eran confusas e incluso imposibles , pues la Vía Apia Antica jamás se cruza con la Latina, sino que corren paralelas a gran distancia.
(...) Le comentaba a María si esa estela no se la había encontrado en otros mithraeums, y el paso del tiempo la había llevado a confusión. ¿No estaría bajo las Termas de Caracalla, bajo San Clemente, en la Iglesia de Santa Prisca o en el Circo Máximo? Pero no. Volvía a insistirme que en la Apia y me recriminaba cariñosamente. Mi desencuentro lo achacaba a mi angustia por encontrarlo. Eso hacía que huyese, se escondiese. Entonces le cité una frase de Louys, un autor demasiado exótico: "Desconfía de los jóvenes que van por los caminos con el viento del atardecer y el polvo alado ". Le pareció oportuna y nos congració. A mi segundo fracaso estuve a punto de mentirle. En ese mismo instante me arrepentí. Confesé mi pecado. María me cogió la mano y me dijo: "La mentira está permitida en los casos en que es imposible conocer la verdad".

César Antonio Molina
Fragmento de "La gloria escrita sobre el agua" publicado en Cadernos de Pensamento e Creación, n°16
(La Roma de María Zambrano)

Foto de Nigel Henderson