martes, 25 de julio de 2017

Recuerdo mal los días


Recuerdo mal los días. La luminosidad solar empañaba los colores, aplastaba. De las noches me acuerdo. El azul estaba más lejos que el cielo, estaba detrás de todas las densidades, recubría el fondo del mundo. El cielo, para mí, era esa estela de pura brillantez que atraviesa el azul, esa fusión fría más allá de cualquier color. El aire era azul, se cogía con la mano. Azul. El cielo era esa palpitación continua de la brillantez de la luz.

Marguerite Duras
El amante
Ed. Tusquets, 1994
Trad. Ana María Moix

Fot. Joseph Goldyne
Drypoint, Opening Tulip,1987