martes, 10 de octubre de 2017

Los besos


Tu beso en la calle no es el mismo que tu beso en la casa.

El beso en la calle es amplio, se traga una ciudad entera, la ciudad se estrecha como el ojo de una aguja; tu ciudad, que no te aporta nada. El beso en la casa es el hilo que consigues que pase por la aguja tras varios intentos y, entonces, lanzas un suspiro de alivio. El beso en la calle es desesperado, como si fuera el último; pretende alcanzar una profundidad que simplemente no existe, como si se tragara toda la calle. El beso en la casa es un beso feliz, porque no arrastra ninguna historia detrás; es un beso libre, sin testigos. Tu beso en la calle ejerce una presión y se adhiere como si se estuviera desvaneciendo en todo momento. Tu beso en la cama es soñoliento, como las sábanas. Dos besos en una ciudad: el ojo de una aguja y el hilo que lo atraviesa.

Ahmad Yamani
Fragmentos

Foto: Souvid Datta