lunes, 18 de diciembre de 2017

Las siete edades


En mi primer sueño el mundo parecía
lo salado, lo amargo, lo prohibido, lo dulce.
En mi segundo sueño descendía,
era humana, no veía nada de nada
bestia como soy
debía tocarlo, contenerlo,
me escondí en la arboleda, 
trabajé en los campos hasta que quedaron yermos
-un tiempo 
que nunca volverá-
el trigo seco en gravillas, cajones
de higos y aceitunas.

Hasta amé alguna vez, a mi manera
repugnante, humana
y como todo el mundo llamé a ese logro
libertad erótica,
por absurdo que parezca.

El trigo cosechado, almacenado; seca
la última fruta: el tiempo
que se acumula, sin usar, 
¿también termina?

Las siete edades
Versión Mira Rosenberg.
Edit. Pre-Textos