viernes, 20 de abril de 2018

La melancolía


Homero puso en escena al primer melancólico con el personaje de Belerofonte. “Objeto de odio para los dioses, vagaba solo, sobre la llanura de Aleion, el corazón devorado por la pena, evitando las huellas de los hombres” (Ilíada, VI, 200). "Thymon katedon", comiendo su corazón, dice Homero. El epíteto homérico describe magníficamente la melancolía: la autofagia del cuerpo por el alma. El desdichado es un Narciso al que su reflejo devora.

Pascal Quignard
La melancolía romana
El sexo y el espanto
Ed. Minúscula, 2005
Trad. Ana Becciú

Fot. Eva Rubinstein