domingo, 19 de agosto de 2018

Invitados


Sí, es cierto, hemos vivido a veces como invitados a vivir y, de repente, un día cualquiera, nos detenemos al borde de un recuerdo, sobre la faz del corazón, hasta sentir como el rumor de un vuelo en torno nuestro. Son las alas que van uniendo y entrelazando en nuestras horas lo ya vivido y lo viviente. Las sentimos volar y cubrirnos la sangre -las alas y las sombras de las alas- con un rumor de abejas conciliares, tenaces, obradoras. Y entonces comprendemos que la vida ha llegado de nuevo hasta su origen y que las cosas enterradas en nuestro corazón aprenden a nacer porque quizá, en ese instante mismo, alguien las está diciendo, las está recreando para nosotros.

Luis Rosales
El contenido del corazón
Ed. Cátedra, 2010