miércoles, 19 de diciembre de 2018

El hijo del hombre


Una vez que se ha padecido, la experiencia del mal ya no se olvida. Quien ha visto derrumbarse las casas sabe demasiado bien de qué está hecha una casa. Una casa está hecha de ladrillos y cal, y puede derrumbarse. Una casa no es muy sólida. Puede derrumbarse de un momento a otro. Detrás de los serenos jarrones con flores, detrás de las teteras, las alfombras, los suelos lustrados con cera, está el otro aspecto verdadero de la casa, el aspecto atroz de la casa derrumbada.


El hijo del hombre, incluido en
Las pequeñas virtudes
Ed. Acantilado, 2002
Trad. Celia Filipetto

Fotograma de Carta de una mujer desconocida, 1948