domingo, 16 de diciembre de 2018

Mi poema


Te doy la espalda y nervioso muevo los dedos. No, ahora mis manos están en perfecta inmovilidad. Con exactitud abro un espacio en la librería y en él inserto el Don Juan. Ahí. Prefiero ser amado, prefiero ser famoso a seguir el camino de la perfección a través de las arenas. Pero ¿estoy condenado a producir asco? ¿Soy poeta? Tómalo. El deseo que llevo tras los labios, frío como el plomo, pesado como la bala, aquello con lo que apunto a las dependientas de comercio, a las mujeres, a las ficciones y a la vulgaridad de la vida (porque la amo), sale disparado hacia ti, cuando te arrojo – tómalo – mi poema.

Virginia Woolf
Las olas
Ed. Lumen, 2013
Trad, M. L. Purificación Méndez Gómez