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martes, 12 de febrero de 2019

La esposa joven


Mientras la conversación se había trasladado hasta la tardía floración de los cerezos, la Esposa Joven se acercó a la Hija y se inclinó para besarla en las mejillas. Ella no se levantó porque en ese momento quería ser hermosa. Hablaron en voz baja, como si fueran viejas amigas, o tal vez por el repentino deseo de serlo. Instintivamente, la Hija se dio cuenta de que la Esposa joven había aprendido la distancia y que nunca iba a abandonarla, habiéndola elegido como su forma particular e inimitable de elegancia. Sería ingenua y misteriosa, siempre, pensó. Van a adorarla.

Alessandro Baricco
La Esposa Joven

sábado, 24 de febrero de 2018

La calidad de cierto silencio


Pensaba en ellos dos, juntos, y podía sentir de nuevo algo de calor, o el tono de ciertos matices, incluso la calidad de cierto silencio. Una luz especial. Entonces le era dado encontrar otra vez lo que buscaba, en esa firme sensación de que existía un lugar donde el mundo no era admitido, y que coincidía con el perímetro dibujado por sus dos cuerpos, suscitado por su estar juntos y cuya anomalía lo convertía en inabordable. Si era capaz de acceder a esa sensación, todo volvía a ser inofensivo. Puesto que el desastre de toda vida alrededor, e incluso de la suya, ya no era una amenaza contra su felicidad, sino, en todo caso, el contrapunto que hacía aún más necesaria e inexpugnable la guarida que el Hijo y ella habían creado al amarse. Eran la demostración de un teorema que refutaba al mundo, y cuando lograba volver a esa convicción, todo miedo la abandonaba y una nueva seguridad, dulce, se apoderaba de ella. No había nada más delicioso en el mundo.

Alessandro Baricco
La esposa joven
Ed. Anagrama
Trad. Xavier González Rovira

Fot. Audrey Tautou & Mathieu Kassovitz en Amélie, 2001

domingo, 18 de febrero de 2018

Rellenar los vacíos


Salió del estudio y comenzó a peinar la casa para buscar lo que quería encontrar, es decir, al Tío. Lo encontró dormido, como es obvio, en el sofá del pasillo, uno de esos sofás en los que nadie piensa en sentarse: se aplican al espacio para corregirlo, se simula una necesidad para rellenar los vacíos. Es la misma lógica a la que se deben las mentiras en los matrimonios.

Alessandro Baricco
La esposa joven
Ed. Anagrama
Trad. Xavier González Rovira

Fot. Isabel Reitemeyer
No, thank you, No 2, 2014

viernes, 16 de febrero de 2018

Su boca


De manera que el Hijo tenía un pasado y, sin embargo, el beso virgen de la Esposa joven lo dejó estupefacto: porque la Esposa joven era un chiquillo, porque era un pensamiento impensable, porque era un pensamiento que en realidad siempre había pensado, y porque ahora era un secreto que conocía. Además besaba de una manera… Así que se quedó turbado, e incluso meses después, cuando la Madre, sentada a su lado, le pidió que le explicara, por caridad, por qué demonios quería comprometerse con una joven que, según había observado, no estaba dotada ni de pecho, ni de culo, ni de tobillos, él hizo uno de sus interminables silencios y luego dijo únicamente: su boca.

Alessandro Baricco
La esposa joven
Ed. Anagrama
Trad. Xavier González Rovira

Fot. Andrey Godyaykin

domingo, 11 de febrero de 2018

Miedo a hablar


Me explicó que no hay que tener miedo de hablar, haciendo el amor, porque la voz que tenemos mientras amamos es lo más secreto que hay en nosotros, y las palabras de las que somos capaces, la única desnudez total, escandalosa, final, de que disponemos.

Alessandro Baricco
La esposa joven
Ed. Anagrama
Trad. Xavier González Rovira

Fot. Carolle Bénitah